Papá de mayor quiero ser «Comunity Manager». Mola este nuevo yacimiento de empleo que la web 2.0 ha sacado a la luz. Trabajar dándole al palique en las redes sociales, posicionando de una manera u otra tu marca, empresa o a ti mismo. Y es que ser CM no exige poseer una preparación exhaustiva. Una mente despierta, capacidad de empatía y cierta habilidad con la pluma son más que suficientes. El meollo de la cuestión de las 2.0 es el conicimiento de la herramienta. Una vez que se domian y se está al día… Pasan cosas como las que os voy a relatar.
Esta semana que hoy termina llegaba la noticia de que el New York Times planeaba eliminar de cara a 2011 la figura del Social Media Editor. Jennifer Preston, la susodicha, lo anunciaba con un alegre gorjeo a golpe de de tuitazo.
Después de año y medio de evangelización y aprendizaje por parte de toda la redacción (en especial de aquellos más resistentes o escépticos ante los cambios 2.0, que los hay y muchos) llega la hora de que cada periodista y área temática autogestione su presencia social.
¿Por qué? Porque lo que no tiene ningún sentido es que, si yo soy el CM pero no tengo ni idea de cine o deportes, me dedique a intentar crear una comunidad alrededor de eso. No conozco las fuentes específicas, no conozco a los protagonistas ni tengo tiempo de identificar a los prescriptores de producto de cada campo temático.
Quién distribuye las noticias, quién las edita, quién puede completarlas gracias a un comentario o tweet de un lector… Todas esas cosas, tiene que hacerlo el periodista que está especializado en esa sección o nicho temático. El contenido sigue siendo nuestra materia prima como periodistas. Un CM de un medio no puede saber todo eso, porque además, no le corresponde.
La figura del CM o Social Media Editor tiene sentido precisamente en una primera fase, como bien recuerda Juan Varela, donde es necesaria la pedagogía dentro de la redacción con el decidido apoyo -y ejemplo- de la dirección. Si el director no lidera el cambio, el chavalín del digital no tendrá ninguna credibilidad.
El director del Guardian, Alan Rusbridger lo explicaba muy bien:
«Hace cuatro años, en un momento en que algunas empresas de comunicación cortaban el acceso de sus empleados a Facebook para evitar distracciones, Rusbridger obligó a sus periodistas a abrirse una página en la red social, a colgar fotos, vídeos. Y lo mismo hizo hace dos años con Twitter»
Pero una vez que todo el mundo entiende qué es lo que se debe hacer, que es lo que se puede hacer y cuales son las herramientas, la figura del CM debe ser más la de un asesor, apoyo, más que alguien que centraliza la distribución de contenidos en las redes. Eso puede hacerlo cualquier periodista con un poquito de formación.
El conocimiento sobre una determinada área sólo la capitaliza el periodista especializado y con ese conocimiento, la distribución, y sobre todo la interacción con las comunidades puede ser mucho más rica y eficiente que la de un CM que no es capaz de contestar a la duda de un lector o valorar la información que alguien aporte.
El Community Manager debe morir
Nos dirigimos hacia una necesaria gestión transversal de los medios sociales, no ya en todo el escalafón profesional de un medio, sino también en todo el proceso informativo. Los siguientes pasos a dar, una vez todo el mundo ha entendido el valor y funcionamiento de las redes, a aspectos más estratégicos y cualitativos de las redes.
El mundo que se ha vendido alrededor del Community Manager es un fraude, una entelequia de lo guay y molón: su fin último es desaparecer, para que, ya en un medio (u organización) adulto, la gestión de los medios sociales sea una tarea de todos. Lo importantes es el conocimiento compartido.
Jennifer Preston lo entendió muy bien:
“Social media can’t belong to one person; it needs to be part of everyone’s job,” Preston said. “It has to be integrated into the existing editorial process and production process. I’m convinced that’s the only way we’re going to crack the engagement nut.”
Lo más gracioso es que mientras en el New York Times ya han pasado a la siguiente fase, otros medios siguen todavía en el Neolítico de la Web 2.0. Siempre tarde…
Para una buena radiografía de la situación general, no sólo en medios, recomiendo ver la completa entrada de Adrián Segovia sobre el tema de la figura del Community Manager.
Muy de acuerdo contigo en esta interesante entrada. Solo opino que no creo en una «muerte» del community manager, creo en una evolución. Se trata de una figura que ha servido y sirve de enlace a las empresas y organizaciones para adaptarse a los rapidísimos cambios que el 2.0 supone en cuanto a las relaciones con los públicos. Pero estas relaciones se van asentando como bien explicas, aprendemos nuestros roles en las redes sociales, aprendemos a utilizarlas y a desenvolvernos, y el CM se convierte en un asesor.
Estoy convencido de que el CM evolucionará, pero es difícil predecir a qué…
Un placer leerte Gorka, como siempre!
Gracias por leerme. Creo que el punto está en definir que es exactamente un CM y qué formación debe poseer: ¿comunicación?, ¿informática?… El concepto que poseemos actualmente de CM es el que creo que se extinguirá. Quizás el problema estribe en la velocidad de los cambios y la imposibilidad efectiva adaptarse a ellos.
La figura del CM ha revolucionado en muy poco tiempo el mercado, durante esta marea se ha dicho de todo y se han asentado algunas bases de su figura: funciones, habilidades, posición en el organigrama… pero lo más lógico es que cuando se empiecen a calmar las aguas, se empiece a ver todo de otra manera y sea vea esa evolución.
Bajo mi opinión el CM debe ser un comunicador, independientemente de su perfil profesional (informático, golfista o cocinero). Si no se sabe comunicar/transmitir con su público mal vamos, por mucho que sepa de su ámbito. En cierto sentido es como la preparación para ser profesor, además de un título en su ámbito profesional, también debe contar con el CAP o con un doctorado que lo prepare para su labor de docente.
Un saludo
Pues yo discrepo con Ms. Preston: me parece que el interfaz entre empresa y comunidad ha de estar centralizado en una persona (o un departamento) porque las empresas han de controlar la comunicación con el exterior.
Respecto si el CM ha de ser un puesto de nueva creación o no, no es tan relevante. Lo veo más como una función de Marketing o de Comunicación. La idea es la misma sólo que el canal es la web social. Lo que está claro es que ha de tener conocimiento del sector.
En cierto modo estoy de acuerdo contigo. Pero depende del objeto de la comunicación. En un periódico lo lógico es que los propios periodistas sean responsables de su comunicación 2.0. En una empresa, lo lógico es que exista un filtro que debería recaer en el Dpto. de Comunicación y Márketing o el Gabinete de Dirección.